Ya hace unos meses una consultora especializada (IHS iSupli) vaticinó que por primera vez en los últimos once años, al final del 2012 se produciría una caída de las ventas de PCs. En concreto hablaron de un 1.2% menos, sin embargo la evolución del mercado de los equipos de sobremesa finalmente ha sido bastante peor de lo previsto, registrando una inquietante bajada del 7.8% respecto al año anterior.
Poco importa ya el debate de si nos encontramos o no en la era post-PC, el caso es que los fabricantes de PCs y CPUs tienen la prueba definitiva de que el negocio tan lucrativo que pusieron en marcha hace más de diez años empieza a dar muestras inequívocas de flaqueo. De que esto se acaba. Las predicciones actualizadas de IHS Supli sitúan las ventas de PCs a final de este año en 325,31 millones, pero ¿por qué esa revisión a la baja, pasando de -1.2% a un -7.8% (seis veces más)?
En primer lugar nos encontramos con el crecimiento exponencial de las tablets y smartphones, que poco a poco van sustituyendo a los PCs en cada vez más parcelas de nuestro día a día. A lo cual se suma que la acogida de Windows 8 está resultando peor de lo esperado (al menos por Microsoft). Muchos analistas creían que el frenazo en las ventas de PCs se debía a que muchos usuarios estaban esperando la llegada del nuevo sistema operativo para adquirir su nuevo PC, sin embargo no está siendo así. Desde que saliera al mercado el pasado 26 de octubre, no sólo no se han recuperado las ventas de PCs, sino que también se han desmoronado las ventas de CPUs (-25% en septiembre y octubre).
¿Estamos ante el ocaso definitivo de los ordenadores?